La prima volta che sono stata in India, nell’ottobre 2007, sono andata a vedere tutto ciò che stava facendo MilleSoli e ad aiutare.
È stata per me una sorta di esperienza rivoluzionaria perché il mio contatto con altre culture aveva sempre un certo punto di prepotenza occidentale, ma una volta lì tutto si capovolse:

queste bambine mi stavano ricordando le cose essenziali della vita e MilleSoli dando una lezione, abbiamo bisogno dell'educazione e dell'affetto nell'infanzia per essere padroni delle nostre vite.
Al mio ritorno a Madrid mi reinserii nella routine con le idee chiare e poi ascoltai una canzone di Jorge Drexler:
"cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da, nada es más simple, ni hay otra norma, nada se pierde, todo se transforma..." La primera vez que estuve en la India, en octubre de 2007 fui a ver todo lo que estaba haciendo Millesoli, a ayudar, a jugar con las niñas. Para mi fue una experiencia revolucionaria porque mi contacto con otras culturas siempre había tenido un cierto punto de "prepotencia occidental" y estando allí todo se dio la vuelta: estás niñas estaban recordándome las cosas esenciales de la vida y Millesoli brindándome una gran enseñanza, necesitamos la educación y el afecto en la infancia para ser dueños de nuestros propias vidas.
Al volver a Madrid, me metí de nuevo en la rueda de la rutina con las ideas claras. Y se cruzó una canción de Jorge Drexler: "cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da, nada es más simple, ni hay otra norma, nada se pierde, todo se transforma..."